Crítica de The Secret Life of Pets 2

Es una comedia acerca de las vidas que nuestras mascotas llevan después de que nos vamos al trabajo o a la escuela todos los días.

La Vida Secreta de tus Mascotas 2, The Secret Life of Pets 2

Max ya se acostumbró a vivir con Duke, ahora ambos están felices con su dueña, pero las cosas cambian cuando ella empieza una familia. The Secret Life of Pets 2 trae nuevas aventuras de los animales más divertidos de Nueva York, otra vez con la premisa de lo que hacen nuestras mascotas cuando no estamos en nuestro hogar.

La película de 2016 obtuvo su secuela, esta vez Max (Patton Oswalt, que reemplazó a Louis C.K.) y Duke (Eric Stonestreet) deben lidiar con la vida de perros de familia. Su dueña se enamoró y tuvo un hijo y, si bien al principio Max no estaba para nada conforme con esa nueva criatura que venía a quitarle su espacio, terminó convirtiéndose en el mayor protector del pequeño Liam. Pero quizás demasiado, teme a cada peligro que pueda asomarse, cada baldosa o paloma. Todos sus miedos se intensifican cuando la familia decide tomar unas vacaciones en el campo. Antes de partir, le deja su juguete preferido a Gidget (Jenny Slate), una pelota con forma de abeja; y en el departamento de abajo, Snowball (Kevin Hart) juega a ser el superhéroe con su niña.

La Vida Secreta de tus Mascotas 2, The Secret Life of Pets 2

Estas tres historias serán las disparadoras de la película y cada una tendrá su desarrollo, por momentos esto parece darle aspecto de un capítulo largo, pero al final todas se unen y logran un desenlace lleno de risas. Max debe enfrentar sus miedos en el campo y allí se encuentra con Rooster (Harrison Ford), un pastor galés que dirige la granja y le dará varias lecciones para que deje atrás todas esas cosas que lo frenan. Gidget -como no podía ser de otra manera-, perderá a la pelota en el departamento de una mujer con decenas de gatos y deberá pedirle ayuda a Chloe (Lake Bell) para que la transforme en un felino y así recuperar el juguete de Max. Snowball, por su parte, se cree superhéroe incluso cuando su dueña no está presente y decide ayudar a Daisy (Tiffany Haddish), una perrita que le pide ayuda para rescatar a un tigre encerrado por un malvado dueño de circo.

Si bien no es tan graciosa como la primera, esta secuela funciona en varios momentos y deja muchos gags que entretendrán a grandes y chicos, aunque no hay que perder de vista que es una película infantil y no precisamente de esas que tiene mensajes para todas las edades. En lo que es, funciona y no pretende ser más.

6 puntos

 

 

 

 

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