Los hermanos Safdie y el arte de estetizar el caos

Te invitamos a conocer a Josh y Ben Safdie, la dupla de hermanos que, luego de hacer ruido durante una década, logró consolidarse a nivel mainstream con una joyita fiel a su fórmula: Nueva York, adicciones y mucho caos.

Safdie, Ben Safdie, Josh Safdie

La primera asociación que se tiende a hacer cuando se habla de directores consolidados es la de gente mayor, con técnicas canónicas, seguramente alguna estatuilla dorada y que usa ropa «elegante». Pero existe un lado B de todo.

Con barba fidelcastriana, gorra y memes enviados a sus actores para inspirarlos está Josh (36). Con ojos celestes, bien afeitado y cambiando la gorra por camisas formales está Ben (34). Juntos forman esta dupla de editor-director bajo el nombre The Safdie Brothers. Ahora consolidados como marca, lograron una ovación de 6 minutos en Cannes cuando volvieron irreconocible la imagen de vampiro de Robert Pattinson en Good Time. Pero recapitulemos un poco y veamos cómo estos hermanos macana desembarcaron tanto en la tierra de las baguettes como en Hollywood con toda su parafernalia.

Inspirados por las películas desde su infancia, su padre las utilizaba como soporte para darse a entender dentro de las barreras idiomáticas que implica tener al inglés como tercer idioma. Entendieron el divorcio de sus padres luego de ver Kramer vs. Kramer, recuerdo consumado en su pieza autobiográfica Daddy Longlegs (2009).

Ya en la universidad, la rivalidad hormonal competitiva entre hermanos adolescentes, con Josh inclinado al cine y Ben a la ciencia, fue superada al unirse creativamente. Ben es convocado por su hermano mayor para editar, dado que se le daban bien las máquinas. Se inclinaron a la producción de cortos que también protagonizaban y el resto es historia.

Safdie, Ben Safdie, Josh Safdie, Good Time, BTS, Robert Pattinson, shooting

Pocas producciones actuales retratan Nueva York como lo hacen estos muchachos. La obra de Sam Esmail con Mr. Robot se asemeja bastante. Ambos logran mantener el espíritu de ese respirar urbano underground. La ciudad, su ritmo, su marginalidad rica en personajes cobra vida -conjugándose al ser extraída del aquí y ahora-, con tan sólo ponerle un lente enfrente. Y los Safdie lo emplean a la perfección.

Parte de su impronta urbana y devoción por el asfalto se evidencia en su tan incorporado «street casting». En lo que respecta a sus personajes, todos comparten un patrón común: la antimoralidad. Desde ladrones, drogadictos corrompidos o mafiosos entregados a las trampas de la noche, todos confluyen en actitudes egoístas y filosofías de vida calamitosas. Sin embargo, para Josh esto no los hace perdedores, aún estando al borde. «Simplemente son ganadores que no ganan», reflexiona.

Y aquí es donde el «street casting» aporta la riqueza de lo genuino. En busca de acentos, caras no reconocibles, los hermanos confían en actores no profesionales que brillan por su espontaneidad y calidez, aún sin haber estudiado. Y en parte se debe a cómo se manejan ellos en el set.

Si cabía alguna duda de que sus modos son para nada convencionales, Josh como director no grita «¡Acción!» al inicio de cada toma, aunque probablemente tenga su sillita alusiva. El mayor de los Safdie desarrolló una pedagogía inmersiva, de registrar por entre medio del elenco, y confiar en el momento. Dejar que la atmósfera se genere por sí sola, utilizando algún disparador para ir acercándose a la energía específica de la escena. Confía en que los actores dirán su texto cuando estén listos. Es así como cada plano está construido de un modo tal que la cámara se siente cerca del clima de la escena, incluso más que los actores involucrados.

Safdie, Ben Safdie, Josh Safdie, BTS, Adam Sandler, Uncut Gems, shooting

Como espectador, uno es parte de esa naturalización del caos. Los diálogos se superponen generando una nebulosa verborrágica curiosamente prolija, los primeros planos son casi claustrofóbicos.

La presencia de la ciudad de Nueva York, la acción de sus calles y su crudeza, poner el ojo en esos recovecos que nadie se anima a mirar, resumen el microcosmos que recorre sus películas hasta llegar a esos picos de escalada de violencia que no caen en lo predecible. Podríamos hablar de un gore urbano.

Corría el 2008 cuando arrancaron con un guion sobre dos ladrones que andaban por ahí, The Pleasure of Being Robbed, que filmaron en 16mm y el cual Josh protagonizó con su novia. Terminaron llegando a Cannes cuando se suponía que el proyecto era algo experimental, sin aspiraciones a ser visto.

Fue con Heaven Knows What (2015) que dejaron de ser un secreto. Y Uncut Gems comenzaba a cobrar vida -al menos en la mente de los dos-.

En el distrito de los diamantes -el escenario de su último film- y mientras trabajaba en el proyecto, Josh conoce a Arielle Holmes, a quien convence de escribir su historia de drogadicción en una novela que luego adaptarían en una película, con la mismísima Arielle como protagonista.

El resultado fue una obra autobiográfica, cargada de espontáneo humanismo y con un casting de todos actores primerizos. Ya se formaba la capacidad de contar historias a través de personajes cotidianos. Por esto la comparación de Josh: «Las películas van en contra de la naturaleza. Es un tipo de arte perverso que intenta replicar la vida».

Safdie, Ben Safdie, Josh Safdie, Good Time, BTS, Robert Pattinson, shooting

Corriéndose de este tipo de selección actoral, en 2017 reinventaron a Robert Pattinson. El futuro Batman, sediento por sumergirse en el proceso creativo de los Safdie, presionó para ser convocado luego de ver una imagen de Heaven. Sometido a tinturas y con un bien logrado acento de Queens, pudo tomar distancia de Crepúsculo. Good Time fue el primer cambio de presupuesto y escala para la dupla. Mientras que Heaven Knows What se realizó con un equipo pequeño, en esta entrega la logística de las calles demandaba expansión.

Y una vez más, como una carne cocinada a fuego lento, Uncut Gems se volvía a poner en espera. Los hermanos consideraban que Robert no encajaba en el proyecto, pero porque necesitaban de su alcance no lo rechazaron y construyeron Good Time a su imagen.

Esta trilogía de antihéroes, adicciones y supervivencia culmina con la tan postergada Uncut Gems. Por un lado porque al protagonista Howard Ratner lo interpreta Adam Sandler, el ídolo de los hermanos desde siempre. Poder embarcarse (al fin) en este proyecto, fue la posta final en todo su recorrido hasta hoy. ¿Qué mayor logro que tener al ídolo de tu infancia en una película propia y que lo aclamen por ello?

Las producciones anteriores a Uncut Gems fueron todas las pruebas que tuvieron que pasar para armarse de un nombre suficiente como para llegar a poner el guion en manos del humorista. Luego de Good Time, el proyecto que durante 10 años fue reescrito y modificado hasta el hartazgo cobraba vida.

Safdie, Ben Safdie, Josh Safdie, BTS, Adam Sandler, Uncut Gems, shooting

El escenario una vez más es Nueva York y el micromundo de las joyerías y las apuestas deportivas. En un film que gira en torno a un ópalo de Etiopía, Josh sostiene que las joyas son objetos como cualquier otro, pero poseen un misticismo particular. Uncut Gems es sinónimo de un Furby de 5 quilates ya convertido en pieza de merchandising por la productora A24, que apadrino a esta dupla desde sus inicios.

Se mantienen las paletas de brillantes colores neón. Y curiosamente se agregan tipografías retro que recuerdan al logo de Gativideo, hasta fundidos esotéricos que pasan de destellos de diamantes a una colonoscopia con total naturalidad. Así también, Uncut Gems tiene a un ya retirado pero actoralmente impecable Kevin Garnett.

Los manotazos de ahogado que Howard realiza durante toda la película para salvarse, sin dejar de lado sus dos hogares paralelos, de nuevo fomentan la empatía con gente metida en cosas non sanctas, es un péndulo entre realidad y ficción. Las imágenes de Garnett en las que Howard apuesta son reales, extraídas de los playoff de la NBA en 2012. No cabe ninguna duda de que si pudieron convertir a una de las caras más asociadas a la comedia en un joyero judío al límite, tener a Martin Scorsese como productor, sacar una gran interpretación de un basquetbolista retirado y tener al mismísimo The Weeknd en un papel, los Safdie lo pueden todo. Y llegaron para quedarse.