Renée Zellweger: la vida después del Oscar y su largo camino a Judy

Revisamos los años perdidos de Bridget Jones.

Era 1996 y una adorable y talentosa texana, de nombre Renée Zellweger, interpretaba a Dorothy en Jerry Maguire, el éxito de crítica y taquilla del productor James L. Brooks y el director Cameron Crowe. En una de sus escenas iniciales, esta madre soltera y asistente de un manager deportivo en crisis (Tom Cruise) le contaba a su precoz hijo sobre lo genial que era viajar en primera clase. Pasaría el tiempo en la vida real y Zellweger llegaría a la primera clase, pero en la estruendosa maquinaria hollywodense.

En el 2000 estrenaría Me, Myself & Irene, junto a Jim Carrey, y Nurse Betty, con Morgan Freeman y Chris Rock, para después alcanzar reconocimiento internacional de la mano de Bridget Jones’s Diary (2001). Sin duda alguna es su personaje más emblemático, el de la heroína británica soltera en búsqueda del amor ideal. Su perfecto acento inglés y una gran interpretación le darían su primera nominación al Oscar, la cual acompañaría en los dos años siguientes con Chicago (2002) y Cold Mountain (2003), y por esta última lo ganaría. El futuro se veía promisorio para Renée, no obstante desde allí siguió con una secuela al Diario de Bridget Jones y una variedad de propuestas de poco vuelo, que no tuvieron el éxito esperado y alejaron su nombre de las primeras planas. Y así se detuvo su carrera por seis largos años, literalmente, del 2010 al 2016.

Muchos se habrán preguntado dónde estuvo Renée Zellweger en todo este tiempo. Su personificación de la legendaria Judy Garland le valió todos los premios habidos por haber y culminó su recorrida de éxitos con un Oscar, el segundo en su cuenta personal. ¿Y en los años previos, qué hizo? Su regreso triunfal nos da la excusa perfecta para revisar algo de su carrera reciente.

The Whole Truth (2016)

The Whole Truth, Renée Zellweger

La oportunidad sobre la mesa. Una sensual viuda, un abogado en una situación sin salida, el asesinato de su mentor y el hijo como principal sospechoso. ¿A qué suena eso? Parecía una de esas historias legales de John Grisham que se llevaron a la pantalla con éxito en los ’90, pero no. La película no ofrece mucho, ni su guion ni su vuelta de tuerca. Keanu Reeves fue el protagonista, todavía golpeado por el fracaso de 47 Ronin, en lo que sería uno de sus últimos trabajos antes de volver a la gloria de la mano de John Wick.

Se filmó en el 2014 y se estrenó dos años después, con lo que no eran los mejores momentos para ninguno de los dos cuando la hicieron, pero él estaba mejor posicionado para cuando llegó a los cines. Para entonces, la película pasó a segundo plano, pues tabloides y medios de farándula hicieron más especulación por los cambios físicos de su protagonista que por otra cosa.

Bridget Jones’s Baby (2016)

Bridget Jones's Baby, Renée Zellweger

El 2016 se perfilaba para el año de la vuelta, pero eso no ocurrió ni siquiera con su principal vehículo de lucimiento. ¿Qué mejor forma de regresar que con su interpretación más icónica en este mundo mortal? Sin embargo, los resultados tanto en crítica y recaudación distaron de ser los óptimos, aunque así volvió a estar en el sonajero de los estudios. Lo importante es que hablen, dicen por ahí…

En esta oportunidad seguía a su lado Colin Firth (The King’s Speech) pero ya no contaba con Hugh Grant, que no quiso regresar justamente por su guion. La contraparte fue entonces Patrick Dempsey (Grey’s Anatomy) y la siempre impecable Emma Thompson (Love Actually). Hubo muchísimas opiniones encontradas, tuvo el peor paso en taquilla de las tres de la rubia inglesa, sin embargo mantuvo su núcleo de seguidores y tiene el mérito de ser la primera trilogía completamente llevada adelante por mujeres, tanto en su dirección como protagonismo.

What/If, Renée Zellweger

En los años siguientes vendrían Same Kind of Different as Me (2017), con Greg Kinnear y Djimon Hounson, drama que pasó sin pena ni gloria. En Here and Now (2018), con Sarah Jessica Parker (Sex and the City) y Simon Baker (The Mentalist), tuvo un pequeño rol secundario, como la acompañante de una cantante de jazz en un viaje de búsqueda interna. La crítica tuvo fuertes comentarios contra la película, pero curiosamente el pequeño papel de Zellweger fue bien recibido.

En el 2019, nuestra adorable Renée se lanzó por primera vez a la pantalla chica y por cortesía de Netflix protagoniza What/If, del creador del éxito televisivo Revenge. Una especie de híbrido entre thriller erótico y film de suspenso, mostraba a la actriz en un rol similar al de Sharon Stone en Basic Instinct. Buena parte del público y la prensa especializada confesó odiar la serie, pero a la vez no poder dejar de verla. Quizás por eso es que la plataforma de streaming no la canceló y bien podría recibir una segunda temporada, sobre todo ahora que su protagonista volvió al foco de atención.

Judy, Renée Zellweger

Y así llegamos a Judy, que por aquí pueden leer nuestra excelente crítica. Es el perfecto acto para que nadie se olvide de la gran actriz que es, y a Hollywood le encantan los regresos triunfales. Ella hace su visceral actuación bajo la batuta del director Rupert Goold y reconcilia su propio presente de poco brillo con la mala época que atravesó aquel ícono del cine clásico.

Judy no es una biopic, es un drama acerca de las últimas vivencias de Garland y sus demonios internos producidos por la parafernalia de la máquina hollywoodense, en la Londres de 1968. Su «Over the Rainbow» es sarcástica comparada a cómo terminó la leyenda. La sencillez con la que Zellweger denota su fragilidad, es una perfecta alegoría a la delicada estrella que supera la imitación.