The Walking Dead s07e09: «Rock in the Road»

Jesus conduce a Rick y compañía a El Reino, con la esperanza de convencer al Rey Ezekiel de que se junte con ellos y la gente de Hilltop, contra una amenaza en común.

Por costumbre, no veo ningún adelanto semanal de The Walking Dead. Ver un trailer para lo que llegará en una semana parece excesivo. Por ello mismo no vi avances para la segunda mitad de esta séptima temporada. Eso probablemente me generó una mayor sorpresa e indignación respecto a cierto evento que tuvo lugar en «Rock in the Road». ¿Me están diciendo que a Jesus, a quien se conoce desde el décimo episodio de la sexta temporada, recién ahora se le ocurre mencionar que hay una comunidad enorme de sobrevivientes totalmente organizados, que podrían ayudar a inclinar la batalla contra Los Salvadores? Parece ilógico que un personaje que tiene contacto con Rick y compañía, que ha experimentado el sufrimiento del grupo y cómo se han visto quebrados tras el primer enfrentamiento con Negan y los que vinieron después, entregue en forma tan tardía semejante pieza vital de información. Que sea él quien lo revele, demuestra el problema de estirar la historia a 16 capítulos cuando el material no alcanza, algo que afectó muchísimo a los 8 previos.

El grupo de Alexandria está reunido en Colonia Hilltop, donde Rick prometió que estaban listos para el contraataque. Apelan a la voluntad del débil Gregory, quien rechaza de plano cualquier tipo de colaboración -su cobardía es bastante cómica, por cierto-. Esto pareciera que le hace perder el poco apoyo que tiene como líder de su comunidad, con un Jesus que le echa en cara que Maggie y Sasha los salvaron a todos mientras estaba escondido. Apenas segundos después, todos los habitantes se presentan ante la primera para ofrecerle su apoyo en la lucha contra Negan, gracias a la intervención de Enid -ya era hora de que empezara a hacer algo por los demás-, que ahora luce como algo más probable. Más aún cuando el carismático barbudo de ojos azules recupera la memoria y recuerda que hay un lugar cerca llamado El Reino, que podría llevar a que sus aliados dejen perder hombres por enfrentar en soledad a los brutales Salvadores. A las puertas de esta comunidad, el grupo es recibido por Richard (Karl Maniken), lugarteniente de Ezekiel que se sabe quiere pelear contra el enemigo común. Y por si esto era un elemento para empezar a forjar afinidad, el reencuentro con Morgan termina de sellar el hecho de que Rick y amigos son gente en la que confiar.

De frente al soberano y con su tigre al lado -dato que no pasa por alto para el grupo, que demuestra su respeto-, se apela por su buena voluntad. Frente a la negativa inicial, el viejo sheriff narra la historia que da título al episodio y con eso Ezekiel admite que tomará el pedido en consideración y ejecutará su decreto al día siguiente. ¿Alguien pensaba que la respuesta iba a ser un sí? Sin haber leído los cómics y con todo lo visto en los episodios anteriores, uno se imagina perfectamente que El Reino se convertirá en un aliado de Alexandria. Dado que Hilltop ya lo es, perfectamente se puede esperar una alianza tripartita para combatir a Negan. Pero si eso pasa ahora, ¿cómo se rellenan los 7 episodios restantes? Por ese motivo la respuesta es un «no», pero hay un gesto de buena voluntad y acercamiento al ofrecerle asilo a Daryl, sabiendo que su fuga de la base de Los Salvadores no será olvidada y que su vuelta a su comunidad pone en riesgo a todos. En el camino de regreso, hay un golpe de buena fortuna para nuestro grupo al encontrar una barricada de automóviles para frenar a una masiva horda de caminantes que se aproximan. Unos metros más adelante hay un cable metálico cargado de explosivos, una trampa dispuesta por Negan y sus hombres para acabar con todos los muertos vivos que sea posible. Rosita prueba finalmente ser de utilidad para el grupo y desarma el mecanismo, para que todos se pongan a guardar los cartuchos de dinamita y hasta un cohete de RPG. Hay uno defectuoso y la mujer decide dejarlo atrás para no correr riesgo. El grupo se divide, algunos empiezan a acomodar los autos como antes y otros se van para Hilltop, mientras que Rick y Michonne terminan de soltar los explosivos. En lo que es la idea de los 10 mil dólares, los dos deciden conducir el auto a velocidad mientras el cable rebana a todos los caminantes posibles. Probablemente no vuelvan a usar esta idea en ningún otro episodio, eso sería demasiado fácil…

Recién llegados a su hogar, el grupo es abordado por Simon y algunos Salvadores que buscan a Daryl y causan bastante destrucción en el proceso. No lo encuentran y tampoco deciden llevarse nada -todos los explosivos están en el auto, escondidos en un lugar seguro-, algo que hubiera sido bastante difícil en relación a lo sucedido al comienzo del episodio. El Padre Gabriel, en un accionar bastante difícil de creer respecto a cómo es su personaje, saquea las alacenas, se lleva la escasa comida y armas disponibles, dejando tirada su Biblia en el medio de la despensa. Rick no puede creer lo sucedido y empiezan a buscar algún motivo, con un mensaje en código en el libro de control de stock. «BOTE» es lo que escribe -dejar una nota completa hubiera sido muy difícil-, lo que lleva a que el sheriff y Aaron se pregunten si es que está en el refugio abandonado, repleto de recursos, que encontraron en los días previos. Salen a buscarlo y, en vez de encontrarlo, se topan con decenas de sobrevivientes que los rodean con armas. Lejos de mostrarse preocupado, Rick sonríe. Hasta donde sabe, pueden ser nuevos aliados para la gran batalla que se viene. Y por otro lado, hay más material con el que estirar los próximos episodios. También tuvimos un vistazo a Carol, que sigue comprometida a su postura de vivir en soledad y lejos de sus amigos, aunque se permite darle algún consejo sobre cómo cuidarse al joven Benjamin (Logan Miller).

Son pocas las series que sigo semanalmente. Me pasa con Game of Thrones y con Better Call Saul, pero The Walking Dead es más bien una obligación para evitar leer spoilers en redes sociales. Creo que es una serie que se puede apreciar más viéndola de corrido. Ya está en un punto en que es bastante frustrante la lentitud con que se desarrolla la acción y los desvíos que se toman para demorarla.

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