Crítica de Ambulance: el mejor Michael Bay va a 100 kilómetros por hora

¿Ver una película del director de Transformers ha vuelto a ser una buena idea?

¿De qué va? Unos hermanos ladrones intentan dejar a atrás a la policía de Los Ángeles después de secuestrar una ambulancia para escapar del robo de un banco.

La carrera de Michael Bay, uno de los directores americanos de acción más famosos -por no decir, el más ruidoso- de la historia, es una que ha dado tantas vueltas como las persecuciones de sus películas. Desde su debut acompañado con Will Smith y Martin Lawrence donde le probó a todos que su estilo, una combinación de su electrizante energía dirigiendo acompañada de la estética digna de un comercial, era perfecto para los grandes tanques de Hollywood; pasando por su breve búsqueda del prestigio con su grandilocuente recreación del conflicto de Pearl Harbor; hasta su denostada pentalogía de Transformers; es con Ambulance, su más reciente película, que parece que está dispuesto a abrir un nuevo capítulo: el de volver a ser esa imparable fuerza detrás de cámaras que viene a darlo todo.

Es refrescante que, en el panorama donde la mitad de las grandes sagas de Hollywood son secuelas que ya rozan los dos dígitos, o piezas de un rompecabezas que se lleva construyendo años con pequeñas hijas bastardas que buscan atención -te estoy viendo a ti, doctor Michael Morbius-, Bay llega con un planteamiento sumamente sencillo y que comienza a mover sus mecanismos bien va empezando la película. Will Sharp (Yahya Abdul-Mateen II), un veterano de guerra que “puede conducir cualquier cosa”, está desesperado por reunir el dinero para el tratamiento experimental de su esposa. El seguro médico -ese sistema que tantas heist movies ha desatado- se niega a cubrirlo, dejándole como única opción ir con su hermano, Danny (Jake Gyllenhaal), quien está planeando un ambicioso golpe a un banco donde saldrán con 32 millones de dólares.

 

Por suerte, en una historia que ya se ha visto y repetido infinidad de veces -de hecho, Ambulance es una adaptación de una película danesa de 2005-, Bay y el guion escrito por Chris Fedak cubren en menos de 10 minutos todo lo que podría sentirse como la larga subida antes de que la montaña rusa de su primera caída. Está el reencuentro de los hermanos, la planeación del robo y la introducción de los personajes que de una forma u otra se verán involucrados: la mejor enfermera de Los Ángeles (Eiza Gonzáles), el capitán de policía que buscará detenerlo todo (Garret Dillahunt) y un joven oficial (Jackson James White) que es herido en medio del robo. Una vez sucede todo esto, el golpe sale mal y sus protagonistas tienen que huir en una ambulancia con dos rehenes, la cámara de Michael Bay se desquicia y nunca vuelve a quedarse quieta.

Todos sabemos que Bay es un experto en hacer que cualquier plano, sin importar el presupuesto, se vea como el más caro en la historia de Hollywood. Y aquí no es la excepción, para ser un “pequeño proyecto” -para estándares de lo que hoy es un tanque taquillero- de 40 millones de dólares, Ambulance brilla por lo auténtica que es. No solo son sus locas tomas en dron que se elevan entre los grandes edificios de Los Ángeles y luego se dejan caer, dando un vértigo que solo los personajes dentro de esa ambulancia a toda velocidad podrían sentir, es también su gusto por lo práctico. Hacer una broma sobre Bay y explosiones es algo viejo en pleno 2022, pero está claro que el hombre las adora y, siempre que pueda, recurrirá a la visceralidad de sentir el calor de una bola de fuego expansiva en su rostro en lugar de acudir al CGI -que lo hay en la película, en contadas ocasiones-.

Con un aspecto técnico que rara vez decepciona y la manera de filmar de Bay, que aquí se muestra lleno de confianza pese a que su excesivo movimiento puede llegar a hacer confuso lo que sucede en pantalla, solamente queda esperar a que la trama -como solo sucede en una película de este director- no se interponga en la diversión. Es verdad que Ambulance, pese a utilizar la velocidad como su principal fuerza narrativa -algo muy de los 90s-, está lejos de controlarse tan bien como una Speed y sus tres set-pieces magistralmente hiladas, pues lo que se presta a una sólida película de hora y media se transforma en una de más de dos horas. Es por esto que ya bien arrancada la persecución se siguen presentando personajes y situaciones que, aunque no todas mantienen el mismo interés e incluso se pueden percibir como inconsecuentes, sí que hacen su mayor esfuerzo para mantener la imparable tensión. En lo demás, es el Bay de siempre, sin grandes discursos y comprometido a entretener y enganchar hasta el último minuto.

Otro detalle que juega a favor de Ambulance es que su elenco, principalmente un enloquecido Gyllenhaal, parece estar en todo momento en la misma sintonía de Bay. Si los agresivos movimientos de cámara hacen su mayor esfuerzo para traer caos en pantalla, sus actores son esa fuerza que se mueven con la misma intensidad para no quedar en segundo plano y traer algo de estabilidad. Gyllenhaal, justo como hizo en el anterior tanque donde participó, aprovecha su lado más neurótico para impulsar una entretenida actuación llena de gritos y cambios de humor; Yahya funciona muy bien como el centro emocional de la película pese a que todo lo que sucede a su alrededor parecería querer dejarlo sin redención, y González cumple bien como la estoica enfermera -y la principal cara en la mayoría de las secuencias más tensas de la película-.

Finalmente, solo queda asegurar que, para sorpresa de muchos, hacer el viejo ritual de «ver la nueva película de Michael Bay» es nuevamente una buena idea. Es la oportunidad de disfrutar de un blockbuster que seguro destaca en autenticidad al lado de los esperados refritos de viejas franquicias. Claro, es entrar a una trama que en todo momento te pide tu complicidad para perdonarle los vicios a su director, así como su poco temor en romper la lógica con el loable objetivo de crear una de esas escenas que solo son posibles dentro de su película. Si estás listo para un tenso viaje junto a un cineasta a quien 27 años dentro de su carrera todavía logra sacar un proyecto que se siente lleno de su identidad, así como un recuerdo de esa gran época para el cine de acción que fueron los 90’s, Ambulance es la película ideal.

 

 

 

 

César Cortez

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